¿nunca volverás a pasar...?

Juro
con mi robusta voluntad
con lo más negro de la loba
sobre los fierros torcidos de mi columna
mantener
con vida los candados de tu recuerdo
sogas al infinito
lugar por el que nunca
volverás a pasar.

laura yasán

yo también...

SOLEDAD A MEDIA NOCHE

Se han puesto ya la luna y las pléyades. Es medianoche. Pasa el tiempo. Y yo sigo durmiendo sola.

safo
(Grecia, s. VII-VI a. C.)

¿dónde está? ¿dónde está, eh?

WHERE IS MY MAN

Nunca te tengo tanto como cuando te busco
sabiendo de antemano que no puedo encontrarte.
Sólo entonces consiento estar enamorada.
Sólo entonces me pierdo en la esmaltada jungla
de coches o tiovivos, cafés abarrotados,
lunas de escaparates, laberintos de parques
o de espejos, pues corro tras de todo
lo que se te parece.
De continuo te acecho.
El alquitrán derrite su azabache,
es la calle movible taracea
de camisas y niquis, sus colores comparo
con el azul celeste o el verde malaquita
que por tu pecho yo desabrochaba.
Deliciosa congoja si creo reconocerte
me hace desfallecer: toda mi piel nombrándote,
toda mi piel alerta, pendiente de mis ojos.
Indaga mi pupila, todo atisbo comprueba,
todo indicio que me conduzca a ti,
que te introduzca al ámbito donde sólo tu imagen
prevalece y te coincida y funda,
te acerque, te inaugure y para siempre estés.

anna rossetti

motivos por los cuales doy taller (de poesía, de escritura, de lectura, de literatura argentina, etc.)

POR QUÉ DOY TALLER DE POESÍA

Doy taller de poesía porque amo la poesía.
Porque no puedo vivir sin ella, aún cuando no la escriba o pase temporadas sin acercarme a un poema.
Porque creo que aún hay esperanza.
Porque me encanta derribar los ignominiosos mitos que la envuelven.
Porque deploro que la gente, que el ciudadano común, de a pie, pase su vida sin leer un solo poema (o con una vaga idea acerca de la poesía adquirida allá lejos y hace tiempo).
Porque poesía no eres tú.
Porque la poesía debe ser hecha por todos, como quería Lautreámont.
Porque me entusiasma leer y compartir poemas.
Porque me fascina tratar de desentrañar qué nos está diciendo ese artefacto verbal tan maravilloso y extraño.
Porque se me canta.
Porque la poesía está más allá (y más acá) de lo que comúnmente se conoce como "literatura".
Porque las veces que lo hice me sentí muy feliz.
Porque mis alumnos nunca dejan de sorprenderme.
Porque me emocionan muchísimos poemas y quiero que los demás también se emocionen (o algo).
Porque la poesía nos toca, nos habla, nos inquiere.
Porque hay poesía en todo.
Porque hay pocas cosas más gratificantes que compartir lo que a uno le gusta.
Porque soy una entusiasmadora profesional.
Porque me resisto "a acatar la orden / de ser tibia y cautelosa".
Porque la palabra sana.
Porque "hay que estar ebrio siempre, de vino, de poesía o de virtud".
Porque la poesía es infinita.
Porque la poesía es un modo de estar en el mundo (es mi modo de estar en el mundo).
Porque se trata siempre de "oponer una frase de basalto / al genio oscuro que nos desintegra".
Porque no me puedo guardar tantas maravillas para mí sola.
Porque sí.
Y porque tengo muchas ganas.

Así que, ya saben...

Analía Pinto

sigo muy pero muy ofendida (como una gata)

con el que "insistentemente no está" (mi padre)


UN GATO EN UN PISO VACÍO


Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.

Se oyen pasos en la escalera,
pero no son ésos.
La mano que pone el pescado en el plato
tampoco es aquella que lo ponía.

Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.

Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.

Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.

wislawa szymborska

método para saber cuándo se está en presencia de la poesía

traído a ustedes por emily y traducido por AP:

If I read a book and it makes my whole body so cold no fire can warm me, I know that is poetry. If I feel physically as if the top of my head were taken off, I know that is poetry. These are the only ways I know it. Is there any other way?

emily dickinson


traducción de AP: 

Si leo un libro y hace que todo mi cuerpo se enfríe de tal modo que ninguna hoguera pueda calentarme, sé que eso es poesía. Si físicamente siento como si la tapa de mi cabeza hubiera sido quitada, entonces sé que eso es poesía. Éstas son las únicas maneras que yo conozco. ¿Acaso hay otras?

absolut frisson

Pocos poemas más estremecedores que éste: 

EL RETOQUE FINAL 

Es este aquel que amabas.
A este rostro falaz que burla su modelo en la leyenda,
a estos ojos innobles que miden la ventaja de haber volcado a ciegas tu destino,
a estas manos mezquinas que apuestan a pura tierra su ganancia,
consagraste los años del pesar y de la espera.
Ésta es la imagen real que provocó los bellos espejismos de la ausencia:
corredores sedosos encandilados por la repetición del eco,
por las sucesivas efigies del error;
desvanes hasta el cielo, subsuelos hacia el recuperado paraíso,
cuartos a la deriva, cuartos como de plumas y diamante
en los que te probabas cada noche los soles y las lluvias de tu siempre jamás,
mientras él sonreía, extrañamente inmóvil, absorto en el abrazo de la perduración.
Él estaba en lo alto de cualquier escalera,
él salía por todas las ventanas para el vuelo nupcial,
él te llamaba por tu verdadero nombre.

Construcciones en vilo,
sostenidas apenas por el temblor de un beso en la memoria,
por esas vibraciones con que vuelve un adiós;
cárceles de la dicha, cárceles insensatas que el mismo Piranesi envidiaría.
Basta un soplo de arena, un encuentro de lazos desatados,
una palabra fría como la lija y la sospecha,
y ese urdimbre de lámpara y vapor se desmorona con un crujido de alas,
se disuelve como templo de miel, como pirámide de nieve.
Dulzuras para moscas, ruinas para el enjambre de la profanación.
Querrías incendiar los fantasiosos depósitos de ayer,
romper las maquinarias con que fraguó el recuerdo las trampas para hoy,
el inútil y pérfido disfraz para mañana.
O querrías más bien no haber mirado nunca el alevoso rostro,
no haber visto jamás al que no fue.
Porque sabes que al final de los últimos fulgores, de las últimas nieblas,
habrá de desplegarse, voraz como una plaga, otra vez todavía,
la inevitable cinta de toda tu existencia.
Él pasará otra vez en esa ráfaga de veloces visiones, de días migratorios;
él, con su rostro de antaño, con tu historia inconclusa,
con el amor saqueado bajo la insoportable piel de la mentira,
bajo esta quemadura.

olga orozco

y sí, para él, una vez más

DETRÁS DE LA MÚSICA
(para la música de C. A. H.)

Detrás de ese largo poema de melodía obsesiva que escribo pertinaz, emerge el vendaval tibio de su música. Y se instala, señora del alma, tomando todas las habitaciones, ocupando con su ardor las que tienen mejor vista, y hablando en un idioma que se compone siempre de signos que me son desconocidos. Entra y sale, ordena y manda, dice y todo se hace: no son los pájaros ni los grillos ni los arroyos del otoño los que cantan: es su música que amansa el corazón hirsuto de las fieras que también me habitan, azuza con su obstinado rigor al custodio oficiante del cuerpo, y se ensaña, majestuosa, con la legión de faunos que también llevan su sangre y su rostro. Espera que la noche termine de agonizar para arrullarme los oídos con el torpor cariñoso de una madre; paciente como la víspera, se restrega entonces como un gato, arqueando contra mi mano su lomo erizado y elástico.
Detrás de ella está el huracán, la catástrofe, el pandemonio, la inundación bíblica de todas esas insulsas nimiedades que conforman el mundo. Pero yo me postro, como ante un ídolo maligno, perversa inclino mi frente hasta el suelo que besan los labios sátiros de sus notas, gozosa hinco mis rodillas sobre el ácido vitriolo que va dejando el eco fulgente de su sonido. Soy su vestal, su atenta servidora, su carnal y complaciente compañera. Soy su musa, su instigadora, la partícipe necesaria de todos sus feroces arrebatos de ternura. Soy su ángel desmelenado, su cínica de ojos desfigurados por las llamaradas imprevisibles de su instrumento. Soy su rehén, su cómplice, su muñeca de trapo, su trompo, el antiguo licor que bebían dioses olvidados. Por detrás de su música estoy yo, postrada, violácea, aniquilada, efervescente y fantasmal, espejada, supliciada, hecha humo y ceniza, volátil, colonizada, ausente, perdida en un maremágnum de acordes e improvisaciones que no se acaban, deslumbrada, fatigada, anegada e irreversiblemente loca a causa de la única cosa que lo nombra con más justicia y más devoción que todas mis palabras. 
Detrás de su música —y de toda la música— hay un alma entregada, fundida, esmaltada, hecha trizas y elevada hasta lo Imposible en el mismo movimiento. Porque detrás de su música, en este mundo, ya no puede haber nada.

Analía Pinto

3º premio en el Concurso "El Calderón Celeste", organizado por el Grupo Pretextos en el marco de la Semana de la Música 2010.

suscribo

del primer al último verso (en especial el cuarto y quinto):

MANIFIESTO

Yo me resisto,
en la calle de los ahorcados,
a acatar la orden
de ser tibia y cautelosa,
de asirme a la seguridad,
de acomodarme en la costumbre,
de usar reloj y placidez,
aventura a cuerda,
palabra pálida y mortal
y ojos con límites.

Yo me resisto,
entre las muelas del fracaso,
a cumplir la ley de cansarme,
de resignarme,
de sentarme en lo fofo del mundo
mortecina de una espada lánguida,
esperando el marasmo.

Yo me resisto,
acosada por silbatos atroces,
a la fatalidad
de encerrarme y perder la llave
o de arrojarme al pozo.

Con toda la médula
levanto, llevo, soy el miedo enorme,
y avanzo,
sin causa,cantando entre ausentes.

amelia biagioni

dos poetas ecuatorianas

que descubrí gracias a la Biblioteca Paco Urondo:


VII

desde que mi piel optó
por secretar contigo
el estar y no estar
supe de extraños firmamentos
que se hospedaban en mi boca
e inmiscuían en mis libros.

maritza cino alvear 


NUNCA EXISTIÓ EL AMOR, SOLO LA CARNE

Saco todos mis huecos al sol,
danzan en el patio mis dolores y la gente que amé.

Baila sobre mi cabeza negra, la lluvia
mestiza,
la sombra de este sol rojo de abril,
la soledad de mi vientre, que cada vez me duele y llora.
La música con fantasmas húmedos.

Violencia del sexo descubierto temprano y al apuro;
sexo furtivo y sangrante en una noche agónica,
resplandeciente de miedo y sudores.

Nunca existió el amor,
Solo la carne.

silvia mariposa del castillo freire

¿qué es p o e m a t r i z?

un festival de versos aptos para toda ocasión

un carnaval carioca para el espíritu

una soga donde colgar los poemas como la ropa al sol

un lago donde arrojar las piedritas de nuestros versos irreverentes

una denuncia permanente del error en el que vivimos

un tónico, un bálsamo contra la injusticia y la fealdad

un mentís a los mercaderes del saber (y a los otros también)

un corte de manga a los poeñoños

un de acá a los que suponen que la poesía es corazoncitos arriba de las íes

un gusto, un lujo, un placer, una panzada de hedonismo al alcance del teclado

una sarta infinita de las más variadas perlas

un regalo, un don de los dioses y las musas

un femenino aporte a la masculina confusión general

una brisa del paraíso

una hoja del otoño

un golpe seco en la superficie dormida de las cosas

una caricia, un abrazo, una palmadita en la espalda

un basta a la mediocridad

un rotundo sí al amor

un definitivo no a la muerte

en definitiva

un tajo, una herida, un túnel, un río, un canal, un parto, una luz, un discurso, una música, un deseo, un estertor, un ay, un hilo, Ariadna, un poema, bah